La solución es fijarnos metas
que den significado a nuestra
existencia, esto es, dedicarnos
desinteresadamente a personas,
grupos o causas.
Sumergirnos en el trabajo
social, intelectual o artístico,
Y desear pasiones que nos
impidan cerrarnos en
nosotros mismos,
Apreciar a los demás
a través del amor,
de la amistad, de la
compasión,
Y vivir una vida de
entrega y de proyectos
de forma que podamos
mantenernos activos en un
camino con significado.
Incluso cuando las
ilusiones hayan desaparecido.
Simone de Beauvoir, "La vejez" 1970,
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